martes, 8 de julio de 2014

Ojalá te enamores



"Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio."
                                                                             Capítulo 93 de Rayuela




Cuentan por ahí que existe un dictamen que hace estremecer a más de un montón. Una maldición gitana que provoca eternos insomnios con noches de desvelo, desazón y todo tipo de ilusiones; muchas de ellas, quiméricas. "Ojalá te enamores", dicen y maldicen. Ojalá te enamores porque no es para cualquiera la aventura de vivir con frenos y desenfrenos constantes. Ojalá te enamores porque enamorarse es sólo para aquellos que se juegan por el suspiro de una mujer que baila, o por la risa de un hombre que sabe reírse de sí mismo. 

A mí nunca me dio miedo el amor, sino el desamor. La sensación de tener un corazón fragmentado en mil pedazos; eso es lo que me aterra. Me aterra porque lo sentí. Y esa sentencia maligna que tanto promulgan los gitanos, contiene justamente aquél desamor inoportuno que de golpe y porrazo nos deja abatidos en un lugar amorfo sin dirección. Es como si el mundo que hay dentro nuestro empezara a resquebrajarse de a poquito. Por un instante, ese mundo se resume en nuestro corazón. En el terremoto interno que se esconde allí. 

Dentro de aquél contrato imaginario del amor, la posibilidad de que una de las partes se desenamore, existe siempre. Eso es lo que duele. Como no depende únicamente de nosotros, tenemos que aceptar que no se puede mantener una estabilidad constante en algo que se construye de a dos. ¿Existen los amores para toda la vida? ¿Acaso se puede obligar a alguien a amar? Tarde o temprano, la venda de pura admiración y éxtasis que sentimos en un comienzo, se empieza a correr. Y ahí es donde elegimos querer de verdad. Con virtudes, defectos, con días horribles, con ligeras distancias. 

Qué sentencia macabra enamorarse... ¡pero cuántos colores nos dibuja en la sonrisa! Ojalá te enamores una, dos, tres veces, para poder pintar un arco iris adelante de las nubes y contar constelaciones de lunares que no te dejen de mirar.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Enamorarse es elegir una vida de marinero...mareas altas y bajas pero fieles a la profesion: amar.

Lectora veinteañera dijo...

Después de mucho entendí que el desamor es necesario para luego poder comprender y valorar el amor completo. Me gusto tu blog, me quedo por aquí ;)
Un saludo

Martin McFly dijo...

Hoy para mi enamorarme es algo muy peligroso.

Peligroso porque no sé que quiero, pero me resulta muy difícil no enamorarme (de ella, en este momento). Entonces, estoy en eso de querer tomar distancia, pero busco tenerla cerca, es una dualidad que me está matando.

Que voy a hacer? no tengo idea, (pero sigo hablando con ella)

Anónimo dijo...

seria bueno... " fantasear con la idea que el desamor pudiera prograrmse y que sea simétrico es decir, como las películas de robo de bancos que los dos enamorados dicen: 'sincronicemos relojes dentro de tres años dejemos de querernos'. Y entonces no habría dolor (si se dejan de querer al mismo tiempo).
Esta canción que se llama un minuto antes de dejar de quererte, hace de cuenta que existen esos relojes, por desgracia no, por desgracia el desamor no es simétrico y por desgracia hay desengaños y desilución, pero por suerte, porque sino no existirían ni las borracheras, ni las baladas, ni los tangos, asi que como uno deja de querer antes que otro, bienvenidas las canciones que terminan mal, las de amor sobre todo." ... Genial como siempre el blog.