viernes, 19 de octubre de 2012

Hacer de tripas corazón



Sin preámbulos vengo a postular una hipótesis que se convirtió en acompañante de mis días de mal humor: A la primer queja le sobreviene una docena de actos proclives a más quejas. Pasándolo en limpio sería algo así como a mayor quejas, mayor quejas (valga la redundancia).

Un difamado y controversial Coelho manifestó la frase "Cuando quieres algo, todo el Universo conspira para que realices tu deseo". Una cosa entre cursi y conformista. Demasiado positivismo junto que a veces no viene nada mal pero siendo sincera,  nos hace declarar un alto nivel de desconfianza. Haciendo hincapié en lo que dice, me atrevo a postular que si pisamos el palito y mantenemos una queja constante durante un lapso de tiempo determinado, es probable que ese universo conspire para que sigamos quejándonos aún más. 

Al mundo no le basta con que se nos rompa el paragüas en el medio del tormentón y apliquemos nuestra mejor cara de póker intentando no encajarle un pedazo de metal a alguno. La humanidad necesita de más. Y es por eso que al estirar el brazo para parar un taxi, te cruzás con un salame que entre los auriculares gigantes y el chicle que mastica al mejor estilo jirafa, te gana de mano. Sube con toda la tranquilidad del mundo mientras blasfemás en su contra sin remedio alguno.

La queja continúa, no se entrega al escondite y nos presenta un gigante de barriga sentado como acompañante en el colectivo. El hombre pretende que nos teletransportemos de manera mágica al mejor estilo Harry Potter y lleguemos con facilidad a atravesarlo para alcanzar el asiento de la ventanilla. Levantarse jamás. ¿Pasás por ahí? NO.

Finalmente, cuando logramos vencer todos los obstáculos (incluído el langa que no quiere moverse), nos vemos dispuestos a leer unos apuntes de la facultad con la intención de sacarnos la culpa por no haberlo hecho antes. Al revisar las páginas, nos encontramos con hojas y más hojas fotocopiadas a la mitad. Aplausos para el copado que sabe usar la fotocopiadora. 

Acá es donde pongo en práctica fórmulas de Meditación Trascendental para no seguir llamando a la mala racha del día. Hagas lo que hagas: ¡no te quejes! Aunque cueste, aunque te salte la térmica y no puedas soportarlo. Hacer de tripas corazón es la solución. O simplemente reírte, que así suena más atractivo.



6 comentarios:

CHICHA dijo...

MUY BUENO ANTO, lo voy a poner en practica,para con los "chicos" d la pelota; besotes, te quiero mucho, mucho, muchoooooo!!!!!!

Francisco Guillamet dijo...

Simplemente reírte, creo que sería lo mejor. Al menos a mí me dio risa leerlo, aunque claro que ser protagonista de la historia sería distinto. Saludos!

Ana Karenina dijo...

Así es al final del día si te pones del lado positivo, te puede resultar una buena parodia quien sabe y chance y además la conviertas en una buena fábula y aprendas de eso :) Me gusto mucho!

Belu Salgado dijo...

Tus entradas siempre me dejan pensando! Ojalá te pase lo mismo con las mías :) Un abrazo fuerte

Milu dijo...

Esta entrada es lo mas.
No sé, yo siempre pensé así como vos, yo digo que hay que ser realistas (ni ser así re optimistas ni pesimistas, REALISTAS) y a veces tratar de verle el lado bueno a las cosas aunque sepas que va a empeorar

Unknown dijo...

Me gusto tu entrada, te sigo. http://solcitto-digiio.blogspot.com.ar/